Ahora y afortunadamente, firmas y diseñadores de élite realizan un esfuerzo contundente por traer un ideal único en sus colecciones: el caballero contemporáneo tiene que verse y parecer eso… Alejándose de extravagancias, buscan respetar la pulcritud y elegancia en un atuendo, preocupado de su apariencia y presencia—. Y que mejor manera de representarlo que con un outfit predilecto: el traje.
Las casas Armani y Gucci son ejemplos perfectos de la personificación de elegancia. Prudentes en sus diseños, los coordinados siempre exhiben a un hombre serio y lujoso, pero cómodo y listo para cualquier ocasión. Prada por otra parte, presenta una imagen fresca y bohemia sin perder el glamour tan característico de la marca. De la misma manera, los atuendos de Kris Van Assche —para Dior—, conservan un sentido clásico y solemne que juega con las temáticas juveniles y modernas.
Las casas Armani y Gucci son ejemplos perfectos de la personificación de elegancia. Prudentes en sus diseños, los coordinados siempre exhiben a un hombre serio y lujoso, pero cómodo y listo para cualquier ocasión. Prada por otra parte, presenta una imagen fresca y bohemia sin perder el glamour tan característico de la marca. De la misma manera, los atuendos de Kris Van Assche —para Dior—, conservan un sentido clásico y solemne que juega con las temáticas juveniles y modernas.